miércoles, 30 de enero de 2008

Grandes Pianistas 3


Al lado de este grupo de cinco nombres bien conocidos por todos los estudiosos , hemos de recordar el del insigne Karl Czerny (1791-1857), el genial pedagogo , que supo coordinar todas las actividades y todas aquellas adquisiciones, orientando en forma definitiva el virtuosismo del piano. Franz Liszt fué su discípulo . Czerny , hombre de excepcional cultura general, fué sis duda el más grande enseñante que recuerda la historia de nuestro instrumento. Su imaginación didáctica era incalculable. Creó el principio de que no es suficiente un único método, pero si tantos métodos cuantos sean los alumnos. Entre sus méritos mayores, deben recordarse la primera edición del clave de Bach, utilizada aún hoy, edición que no fué mejorada por tantos largos años; la primera edición (Viena 1839), de un volumen de Sonatas de Scarlatti ( esta publicación se debe en parte al entusiasmo que Liszt profesaba al gran Domenico), y en fin, la estupenda síntesis general que constituye un esfuerzo cultural vedaderamente excepcional que cierra su gran escuela del piano, y que , bajo el título de Kunst des Vortrags (arte de la interpretación) enseña cómo se ha de ejecutar cada uno de los compositores : Mozart, Haydn, Clementi, Cramer, Beethoven, Ries, Hummel, Moscholes, Meyebeer, alcanzando finalmente hasta Thalberg, Chopin y Liszt. Es un tanto dificil imaginarse cómo se desenvolvía la vida concertística a principios del siglo pasado. El número de conciertos era tal, que los artistas con cierta frecuencia, daban hasta dos por noche. Las salas estaban llenas hasta el tope de un público radiante de felicidad y con una sobreabundante dosis de buen humor, que aplaudía más o menos en la misma forma atronadora cualquier número que se le presentara, Los programas eran inverosímiles, y reinaba en ellos la más amable confusión de todos los géneros musicales. Kalkbrenner ejecutaba, por ejemplo, piezas como Le reveil du lion o souvenir de mon premienr voyage, y después una oruqesta interpretaba una Sinfonia de Beethoven. Otra noche, la Malibrán (célebre soprano (1808-1836) , se sentaba al piano acompañándose ella misma un rataplán, y después cantaba canciones andaluzas con acompañamiento de guitarra, ejecutada tambien por ella. A la Malibrán le seguía una duquesa inglesa , que el programa presentaba como la titular de la más fea voz nasal del mundo, cantando Home sweet home. Thalberg tocaba valses vieneses, con obligatem Schnippchen (golpecitos dados sobre la tapa del instrumento). Moscheles solía despertar un verdadero delirio en el público , tocando con la mano al reves y el puño cerrado. Además constituían la base de los programas, ciertas fantasía sobre motivos de óperas, o bien variaciones de cantos populares italianos, españoles, escoceses, irlandeses, polacos... Al principio , el piano era muy pocas veces tocado solo, y era siempre acompañado por la orquesta. Sin embargo, su uso como instrumento solista se desarrolló rápidamente. Los pianistas eran casi todos compositores y, como tale, tocaban casi siempre en forma exclusiva su propia música, que consistía ante todo en trozos fúnebres de circunstancias , tales como Le tombeau de Bethoven o de Schubert; luego se sucedían los recuerdos de viajeen los que pasaban todas las ciudades ríos y montañas de Europa, con títulos como los siguientes : Les charmes de París, o Le retour á Londres; los incendios que constituían tambien una fuente de inspiración en aquellos tiempos, si nos atenemos a la copiosa cantidad de títulos como : L´incendio di Mariazell o Le ruine dell´incendio di Vienna-Neustadt, o L´incendio al villaggio vicino.Los mismos compositores eran eximios improvisadores, y como tales tenían que compilar un programa de acuerdo a lo que el público se le ocurriera pedir. Mas, con el correr del tiempo fué penetrando en el teatro una mayor seriedad artística; en efcto, las Cortes cesaron ya de cenar ostensible y ruidosamente durante los actos; las cantantes abandonaban sus arabescos y carcajadas y, por fin, se dejo de silbar al tenor que no hubiera dado la mano a la dama durante un dúo. Y así, tambien el concierto dejó de ser un pasatiempo mundano, tendiendo cada vez más a elevarse hacia una mayor austeridad y una intensa religiosidad.

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